La gente feliz lee y toma café.
Sé que es el título de un libro que, por cierto, tengo pendiente desde hace más tiempo del que me gustaría. Lee. Mucho. Y toma café. No lo olvides. Toma café del modo que más te guste, a tu manera. Que nadie te engañe. Cortado o largo. Solo o acompañado. Fuerte o suave. Con espuma o sin ella. Pero toma café. Ahora y siempre. Ya no como una necesidad, hazlo como una forma de vida, como una extensión de tu propia personalidad, como una medicina, como un momento especial y único que puedes (y debes) repetir cada día.
Hazlo con calma, con pausas, con tiempo. Eso es. Tómatelo despacio, con todo el reloj por delante. En casa o en esa cafetería de la esquina que tanto te gusta y hasta te lo sirven sin que tengas que pedirlo. Toma café en tu taza favorita, la que viste en aquella preciosa tienda y sabías que estaba hecha para ti, o puedes tomarlo también en ese vaso de papel con tapa de plástico en el que un extraño escribe tu nombre y te lo entrega con la mejor de sus sonrisas. Toma café hundida en tu sofá, en pijama y despeinada mientras repasas las noticias más importantes del día o simplemente ojeas instagram y te deleitas en pinterest, con la casa en silencio, sola para ti, cuando todo el mundo duerme y los primeros rayos de sol asoman por la ventana.
También puedes beberlo mientras das un paseo por la calle, si es invierno y te vas calentando las manos por el camino sabe mucho mejor. Toma café leyendo o mirando a tu alrededor, analizando cada detalle, buscando el lado bonito de las cosas. Escuchando música o dejando que el silencio sea tu única compañía.
Pero toma café.
Bebido. Toma café mientras escribes, cuentas historias o te las inventas. Toma café a primera hora de la mañana o a última de la tarde. No saben (ni sientan) igual. Tampoco será lo mismo tomarlo en la máquina de la oficina que durante las eternas y benditas sobremesas de los fines de semana.
También podemos cambiar de café siempre que queramos. Del helado al muy caliente. Del intenso al aromático. Puede que, ahora que el frío parece querer quedarse (¡bendito otoño!), sea el momento de pasarnos al moca caliente y viajar al otro lado del charco. Siempre he pensado que Nueva York huele a café moca y no solo en invierno, no, durante todo el año. Es muy probable que sea esa la razón oculta por la que me gusta tanto. No lo sé y creo que tampoco quiero saberlo. Simplemente me trae buenos recuerdos y me gusta porque sí. Además, no hay mejor forma de viajar sin moverse del sitio que saborear un buen café moca. Viajar al centro del universo. Viajar a esa ciudad que nunca duerme. Porque, insisto, Nueva York huele a café moca.
Es posible que seas de café amargo o puede que lo prefieras más dulce, quién sabe. De italiano o americano. De tomarlo de una vez, así sin pensarlo o de saborearlo durante un rato largo. A mi me gusta sin espuma, con mucha leche y beberlo a pequeños sorbos. Y sí, me gusta el café aunque sea de aquella manera. Esto va para los más puristas, no nos pongamos quisquillosos, por favor. Solo se trata de una manera de saborear la vida. Y yo soy muy de tomarme el café despacio, ¿para qué las prisas? Toma café e inventa mundos mientras tanto. Toma café y deja siempre el último sorbo, no lo apures demasiado.
Creo que en torno a un café se sirven historias, se beben momentos, se saborean experiencias, se cuentan cuentos y se digieren noticias. En torno a una buena taza de café se llora, se ríe, se sacan los sentimientos más profundos, se analiza todo, se debate hasta lo más insignificante y hasta se siente. En torno a un café miramos de otra manera.
Si quieres, puedo acompañarte con el tuyo y así me cuentas. ¿Me invitas a uno? Mañana invito yo.
LCDQ
Jajajajaja, ¡¡cómo me ha gustado!!
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¡Cuánto me alegro!
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Ya para el segundo párrafo me importó nada el mundo; la cafetera comenzó su trabajo matutino: el resto, tenía que leerlo bajo el candor de un buen café.
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Un buen café es capaz de cambiar la percepción de muchas cosas, ¿verdad?
Muchas gracias por el comentario,
Un saludo
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GENIAL¡¡¡
EL CAFÉ ES ” SANADOR”… Y AUNQUE TIENE MUCHOS DETRACTORES … A MI ME LLENA DE SATISFACCIONES Y RECUERDOS… EL OLOR A CAFÉ TEMPRANERO… ME ACERCA SIN PENSAR A MI MADRE, UNA GRAN ” CAFETERA” … A SUS MOMENTOS Y A SU CARIÑO INMENSO… TODO EL DÍA TOMABA CAFÉ ¡¡¡ SIEMPRE HABÍA UNA DISCULPA O UN BUEN MOTIVO PARA ELLO… EL CAFÉ UNE… CONVERSA… INSTALA… REFLEXIONA… CANTA… BEBE… FRÍO-CALIENTE… SOLO O ACOMPAÑADO…MOMENTOS DE DESPEDIDA,, MOTIVOS DE QUEDADAS … EL CAFÉ CREA HISTORIAS Y ESAS YA SON IRREPETIBLES… PERO SIEMPRE QUEDARÁ OTRO CAFÉ… EN LANZOS… EN CEYLÁN… EN CAFÉ GIJÓN… EN CUALQUIER CAFÉ QUE NOS SEPA A VIDA¡¡¡
Y GRACIAS PORQUE DESDE UN CAFÉ SE MIRA DE OTRA MANERA… Y SE PERDONAN MUCHAS HISTORIAS.
UN SALUDO CON UN CAFÉ
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Qué gran comentario, no podías haberlo explicado mejor. El café solo nos trae buenos momentos.
Un abrazo
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Gracias a ti por acercarnos ese recuerdo lleno de sabores y olores de vida.
Y añadir que mi madre se vino de Brasil con ese intenso gusto por el café… corto en cantidad pero grande en intensidad… allí tal vez se hizo a este entrañable hecho de la vida… a ese que cada mañana nos unía para el desayuno… el del ella ..el nuestro… con amigas… familia… fiestas… reuniones… siempre el café estaba presente , no podía faltar. iba más allá del café… eran despertares .y la cafetera por supuesto la italiana …el aroma…sabor… color… todo lo que acompaña a este hecho llena nuestras vidas.
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Un café exquisit!! M’ha encantat
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¡Muchas gracias Marta! Me alegra que te haya gustado
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Me he enterado recientemente, de médicos especialistas, que en contra de lo que pensaba el café no esta contraindicado para las enfermedades del corazón. Parece coña, pero en este caso no lo es.
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Simplemente genial Bea!!! A mitad del artículo me he hecho un café y me lo he tomando leyendo tranquilamente de nuevo todo el post. Un momento genial, que así sin más me has regalado esta mañana. Un beso guapa.
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¡Para mi el regalo es tenerte por aquí , Irache! Me alegra que te haya gustado.
Un beso enorme y que tengas un buen día
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Hermoso y profundo, mirando adentro nuestro, olvidándonos del reloj, extaciandonos mientras lo degustamos, tomarnos ese tiempo para nosotros, como el que pase disfrutando de tu bella prosa
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